Los bretones de Hispania fueron un grupo étnico de origen celto-británico que se estableció en el noroeste de la península ibérica durante los siglos V y VI. Su tierra natal, la provincia romana de Britania, se había vuelto cada vez más hostil debido a las invasiones de los pictos, los escotos y, especialmente, los invasores germánicos. Esto los obligó a huir y buscar una nueva patria más allá del mar. Los bretones hispanos se asentaron principalmente en Galicia y la zona occidental de Asturias, aunque también podrían haberse instalado en la región de la Somoza maragata y en el Bierzo leonés.
Se establecieron en las costas septentrionales de la península ibérica, donde fundaron un obispado, el de Britonia (actualmente Santa María de Bretoña, en Pastoriza), y un monasterio, el de Máximo (Basílica de San Martín de Mondoñedo, en Foz). Esta sede fue mencionada por primera vez en las actas del Concilio de Braga de 561, donde se cita la presencia de un obispo llamado Maliosus, y en los documentos del Concilio de Braga de 572, donde aparece el mismo obispo, cuyo nombre se transcribe como Maeloc o Mahiloc. Al parecer, dicho obispado se estructuraba siguiendo el modelo de las iglesias célticas de las Islas Británicas y Bretoña, con un obispo que también era abad.
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